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EL NEOLIBERALISMO Y LA REVOLUCION TECNOLOGICA. SILO 1989

Los marxistas fueron más sólidos intelectualmente, fueron los más armaditos. Respuestas para todo. Para todo tenían respuestas, y enseguida acusaban, denunciaban las incoherencias. Tenían toda una filosofía de vida, una gran construcción intelectual. Ideas con mucha fuerza.

Ahora han aparecido otros que son una mierdita, gente de mala fe, una pequeñez. También están teniendo respuestas para todo. Y se manifiestan no sólo en el campo político. Es la “mentalidad” que podemos llamar neoliberal. Aparecen hasta en el campo artístico y se expresan. Se expresan en un relativismo vacuo, que pretende hacer creer que todos los demás son fanáticos. Nadie puede tener una idea firme porque es acusado de fanático por los neoliberales y ellos, no… claro. Se nota esta aparición, la de estas “ideas” y actitudes neoliberales. Están ya operando desde hace un tiempo. La década del 80 (entre otras muchas cosas) ha sido la década de la instalación de esta “mentalidad”. No sólo en el campo político.

En el arte aparece el postmodernismo. Y se lo fomenta a través de los medios de difusión, De formadores de opinión. Se fomentan modelos que están siendo seguidos porque son promocionados como valores.

Las épocas tienen un poder hipnótico muy alto. Son “campos” dentro de los cuales se encuentran los individuos. Lo esta época presiona como un poder hipnótico tremendo.

El neoliberalismo relativiza todo. Procura generar un no-compromiso en la gente. Esto, para los otros. Porque ellos, hay que ver como se comprometen con el dinero, con lo que es primario para ellos. Son unos fanáticos de ese valor y todo lo ponen en función del dinero. Ellos, a la par que proponen modelos relativistas para la población, son fanáticos, son fundamentalistas de la guita.

El valor central es el dinero para el neoliberalismo

No se expresa hoy como “no te metás”. Esa formulación de no compromiso pertenece a otras épocas. Eso de que “te van a hacer el coco”, esas cosas que decían por ejemplo en España, eso de que “te influyen, no te dejes influir”, eso es de otra década. Eso decía la T.V. les decía a todos que no hay que dejarse influir. Entonces todos iban y decían lo que decía la T.V. Esas cosas así. Aquello fue un uso débil, una moda de corta duración.

Las formas que hoy usan son más consistentes, más repetidas y variadas. Se filtran más. Los mensajes subliminales del neoliberalismo tienen más llegada, más alcance.

El neoliberalismo tiene arraigo en la historia. Viene de atrás en el tiempo y se remoza. Está ligado a un modo de producción, a la organización urbana de las sociedades, no es una moda como cambiarse una ropa por otra. Es un modelo de sociedad el que propone el neoliberalismo. Tiene cuerpo. Es ideológicamente inconsistente y por eso lo despreciamos, pero es todo un armado. Pero no es inconsistente para la gente, que no sabe dónde está parada.

Ellos se meten en todo, en todos los campos de acción humana y dicen lo que hay que hacer.

Ellos son (dicen) “la realidad misma”. Son los que pueden ver la realidad tal cual es y proceden desde allí. Es un desatino que tiene eficacia para confundir.

“La realidad es lo que nosotros decimos” es una formulación que nunca harían aunque dan eso por supuesto. Son pesados los neoliberales. Su construcción es firme.

En materia de educación ya no son tan torpes como para pegarle a la gente, ahora presentan sus ideologemas dentro de criterios como la elasticidad de la educación: “hagan como quieran”.

“Tiene libertad de trabajo”, dicen. “Pueden ir a la compañía A, B, o C”. “¿Y si no encuentro trabajo en la compañía A, B, o C ?”.”Entonces, no es competente. Debería ir al sicoanalista. Está traumatizado. No se adapta a la sociedad moderna, dinámica y de libre competencia. Exitosa”.

Son formalmente democráticos, no son gritones. Tiene modales más suaves. Se forman en las compañías, los departamentos de relaciones humanas les enseñan, hacen cursos. Es un modelo completo. Los amigos están dentro de la empresa, viven en determinados barrios, se rodean mutuamente.

El problema que tiene ese “armado”, esos modelos, el problema para ellos, es que están des-referenciados, luego se estancarán y comenzarán a retroceder. Ellos desreferencian y la gente está pensando: “finalmente, y ¿qué hay que hacer?”

Ya lo diremos. Ellos respetan el dinero, nada más.

Hay una estructura. Si el valor central es el dinero y eso falla, va a ser un aquelarre. No hay cómo arreglarlo, se cae todo lo que está por sobre esa base y la base misma. En otros casos, donde vemos actuar ideologías, ellos mismos prevén su adaptación a nuevas situaciones. Pero en el caso del neoliberalismo, no.

Si no hay dinero no funciona. Todo se cae, no una parte.

Es un armado de mala fe que oculta el valor central. No son malos traductores de la época, no. Proceden a sabiendas, respondiendo a ese valor central y no haciéndolo explícito.

No son los conservadores de antes. Los neoliberales no se entienden con los viejos conservadores. La estereotipia del enfoque sociológico les confunde, pero no son los mismos. Es, el neoliberalismo, un subproducto del proceso pero tiene otra cualidad.

En las sociedades lentas, casi quietas (como la latinoamericana), se les puede ver como un continuismo remozado, pero en las sociedades más dinámicas las diferencias saltan a la vista. Por ejemplo están francamente en contra de las religiones, son militantes activos del paganismo. Y de todos sus valores.

Cuando llega, por ejemplo, Nancy, con su maridito que es un ejecutivo joven, al barrio nuevo que se ha levantado cerca del complejo industrial, las reciben en el barrio las mujeres de los ingenieros y colegas de su marido y la incorporan al ritual social que comparten. Es invitada a fiestas, a reuniones, a juegos, se procura integrarla a los valores del grupo.

Y Nancy escucha Mozart. Escucha Mozart porque lo escuchaba su madre que era loca. En un cassette viejo, amarillento, desteñido, escucha a Mozart.

Esto alarma a las mujeres del barrio. Consultan con su maridos y le aconsejan acudir al sicólogo del barrio. ¿Cómo es posible que escuche a Mozart? ¿Cómo si es la mujer de un ingeniero joven que tiene un ingreso de 1.000 dólares semanales? ¿A qué viene eso? No está en el contexto.

Es capaz, Nancy, de no ir a una reunión social por escuchar a Mozart! es neurótica. No cabe duda. Fija. Y sus vecinos hacen un arreglo, una táctica. “Hoy voy yo, mañana vas tú, pasado otra”.

Estas acciones no aparecen como algo compulsivo, se presenta como ayuda. Y ayudan. Y finalmente logran que Nancy acepte la basura que está de moda en el grupo. Hasta que resulta integrada y feliz.

Es un proceso engañoso. Tiene cuerpo y va correspondiendo con un proceso de la sociedad. Así que no es algo suelto, es elaborado, tiene su desarrollo y una finalidad. Genera modelos por que es un comportamiento exitoso.

Así se van dando las cosas.

Con esos neoliberales nos tenemos que enfrentar.

Y eso va ganando otras capas de la sociedad. No queda sólo entre los ejecutivos de la “cómpany”. Si quedara allí sería lo de menos. Pero afecta hasta capas humildes que están lejos de vivir como ellos viven, pero a los que llegan los comportamientos y valores de la capa dirigente. Esto es posible en estas épocas por la masividad de los medios de difusión.

También afecta a las nuevas generaciones, que es otro “corto” sociológico. Dejemos de lado a qué estrato social pertenezcan esas generaciones. Tomemos el “corte” temporal. Esas nuevas generaciones también son afectadas.

Afecta a las capas populares y afecta a las nuevas generaciones sean de la capa social que sean.

En el Este socialista esto no ocurre. Pero la intención es introducir estos valores. La apertura producida por la Perestroika abre un flanco para que ingresen a los países socialistas todas las excrecencias de Occidente, incluida la droga.

Cada vez más, esto se va mundializando. Humanamente no valen nada. Están en crecimiento, pero son vulnerables a un ataque de tipo sicosocial. Esto no lo esperan.

Ellos dicen que están de acuerdo conque la gente difunda sus ideas, toleran la divergencia, etc. Pero a nosotros no nos toleran. “Todos los demás, sí. Ustedes, no!”.

En estas latitudes (Latinoamérica) no se nota tanto, todavía, el avance de esos planteos, pero se va notando, Japón, Europa, USA son los baluartes de los militantes del sin-sentido. Es su última carta.

No sabemos cuánto tiempo durará. Es un modelo de sociedad que ha tenido sus logros, pero no por su esquema económico. Ellos atribuyen su éxito al modelo económico que tan inteligentemente han puesto en marcha, pero no es así. Ese modelo económico es bastante torpe.

Acá es otro el problema. Su modelo económico ha funcionado pero por la revolución tecnológica. Ese es el tema. Esa es la cosa (la revolución tecnológica) que no había sido prevista antes de que ocurriera. Ni por ellos ni por otros fue prevista. Nadie lo previó. Aquí ha venido la inteligencia de la ciencia y de la tecnología a transformar el mundo, a lograr con poco esfuerzo altísimos beneficios y se ha producido y volcado la tecnología en los centros que tenían disponibilidad económica para realimentarla. Y ésto ha revitalizado esquemas que, efectivamente, en cuanto tal, estaban periclitados. Ese es el tema. Es la incidencia de la revolución tecnológica la que ha revivido los muertos. Este es el problema.

Tiene enorme vigor la revolución tecnológica: tiene potencia y sus medios de difusión y su desenvolvimiento económico generan transformación y generan dinero. La revolución tecnológica genera bienes de consumo, confort y guita. No lo han generado sus esquemas económicos o sus planes económicos. Y ahora aparecen ellos, los neoliberales, a atribuirse los éxitos.

Ellos son unos cretinos y el mérito del cambio está en la revolución tecnológica. Una gran revolución en marcha, que, de ningún modo, ha terminado. De ninguna manera a terminado. Es una revolución en marcha, que tiene sus “mencheviques”, sus “bolcheviques”… Ya veremos que fracción de la revolución tecnológica es la que va a manotear la cosa.

Recién se está desarrollando la revolución tecnológica y ellos son los beneficiarios directo porque estaban en la posición justa, estaban justo en el lugar en que les cayó encima. Justo cuando su esquema capitalista estaba muerto. Esa es la sorpresa de muchísima gente en el mundo, que esperaba la crisis inminente del capitalismo, que esperaba cambios en la dirección hacia el socialismo y ha visto estupefacta el retroceso, la reaparición de los viejos esquemas. ¿Cómo puede pasar esto? se preguntaban. Es la revolución tecnológica la que altera todo el juego, la que altera todas las previsiones. La revolución tecnológica.

Este fenómeno que llamamos revolución tecnológica es hijo de la ciencia. Es hijo del trabajo de generaciones y generaciones, es hijo del conflicto social, es hijo de pueblos enteros que han puesto el lomo para sostener universidades e investigaciones.

Esto es una continuidad, un proceso histórico. Y es una vergüenza que se lo apropien y se lo atribuyan a sus perimidos esquemas económicos.

Los científicos, los técnicos, por la índole misma de su trabajo, no pueden direccionar el uso social de su trabajo. Esto lo hacen los dirigentes sociales.

Consideremos una sociedad robótica. Son inimaginables las derivaciones sociales que pueden tener. Inimaginables. Y vamos en esa vía.

La tecnología puede llegar a un desarrollo extraordinario y los usuarios ser reducidos a idiotas.

Pero el ser humano tiene muchas potencialidades, tiene una conciencia muy amplia, tiene un gran futuro y va a superar los nuevos condicionamientos. Así ha ocurrido y volverá a ocurrir, aunque la fascinación, el poder hipnótico que tiene el mundo actual, la época que vivimos, no nos deje ver el modo de rebelión.

Hay que pensar cómo. Hay gente que está pensando: “obreros trabajando”.

Nosotros ya contamos con armas que debemos difundir y empleos a fondo, como el conocimiento de uno mismo y la atención. Un gran poder es el que dan estas herramientas para enfrentar la hipnosis del sistema. Un gran poder.